Morir

 

Lo poco preparados que estamos para encarar el sufrimiento y la muerte, impide que podamos celebrar con dignidad el tránsito vital más importante.  Nadie muere sin saber que se está muriendo, pero se puede morir muy solo, si uno mismo, los que le quieren o los que le cuidan, no han sabido cómo hablar de lo más importante.

Si tenemos la valentia de vivir el proceso de morir, entonces accedemos a la experiencia trasformativa, la más enriquecedora, la auténtica escuela de vida que da sentido y organiza todo. Entender la muerte desde una perspectiva más natural y trascendente, nos permite acompañar y morir sin miedo. Celebrar y agradecer la vida que se completa y trasciende.

 

En La casa de Salud se acompañan procesos de fin de vida para que la muerte deje de ser un tabú, reintegrándola en el continuum de la vida, y honrando este tránsito como el legado más preciado que podemos ofrecer.